Hurt

¿Qué hago escuchando canciones de amor? Fue hace un par de días que te llore por primera vez. Fue tan raro, sentí que era necesario y al mismo tiempo algo inútil. Fue seco, sin dolor. Saque una de tus fotos, esas que siempre te quejas de salir mal. Me levanté y me fui al fondo de mi cuarto para verte de lejos. No había posición que alterara semejante belleza. Las facciones de tu rostro, tu pelo, tus ojos. Tu espíritu. Lo puedo ver, es limpio y sincero, puro.

Sos un príncipe con un zapato en la mano, y yo…la bruja encarnada en la cenicienta. Soy Odile en el cuerpo de Odette. Sin embargo soy tuya en cuerpo y alma. Mi oscuro espíritu, mis falsas esperanzas, todas dispuestas a cambiar. Enseñales que no es necesario juzgar, que no hay que odiar ni tampoco destruir para ganar. Pero también sé que no queres perder tiempo en tu búsqueda. Que verme de cerca sería malgastar arena de tu reloj en aceptarme como tal cual puedo ser. Al fin y al cabo, las brujas siempre son brujas, y los príncipes...ciegos.