Entiendo que lo único que había estado haciendo todo este tiempo era buscar otras salidas, mirar a alguien más. Todo solo para poder extraviarte de mi campo de flores de papel. Mi cielo nublado de ámbar . Pero la abuela en algo tenía razón “No hay nada más puro que tu amor. Podrás reemplazar a alguien, pero intentar olvidarlo será siempre un gran enigma”
Supongo que su amor experimenta algunas alucinaciones como las mías, como las que tengo cuando un pícaro gato con botas juega con mi pelo en todas mis siestas. Siento que estas ahí oliéndolo, enumerando las razones por las que te gusta. Cuando escucho tu voz de algún lado, comienzo a preocuparme que mamá piense que estoy loca cuando me ve riendo sola. Nuestro primer abrazo podría compararse con la descarga de tres desfibriladores uno sobre otro, emitiendo algún impulso de corriente continuo a mi corazón, tratando de retomar mi ritmo cardíaco normal. Siempre que te escucho reír, mi corazón late tan rápido como el aleteo de un colibrí y de repente, inmóvil necesito de nuevo un abrazo.