Dramas de mi adolescencia.

15 de noviembre de 2013

La carta de un pez II

Querido amigo, no tengo muchas palabras en estos momentos más que de alegría y pura vida. El tumor de mi madre se ha reducido un 80%, y existe la posibilidad de que no tenga que ser operada. Poco tiempo he tenido últimamente, pero te aseguro que he vuelto a creer. Esta vida bajo el mar no es tan mala como parece, he encontrado buenas almas a mi alrededor; podría decir que las perfectas para mí. Todo ha sido muy dificil, pero no imposible. Mama ha sufrido, al igual que todos nosotros. Quisiera poder abrazarte con cada escama de mi cuerpo, llenarte de mi oloroso hedor. Gracias por el apoyo, y tu incondicional fuerza.

(Quiero aclarar más de una cosa en este escrito. Hola lectores, primero  que nada mas de una vez he intentado informar sobre estos acontecimientos de mi madre en el único lugar donde puedo encontrarlos a ustedes, pero el blogger ha estado un poco cabrón conmigo y no me ha dejado escribir. Si existiera físicamente, le agradecería por haberse ablandado hoy y dejarme compartir esta gran noticia. Segundo y principal, pocas veces he leído y llorado con la fuerza que todos sus comentarios me han dado, sus rezos y apoyo han hecho posible que se haya estado en pie, corrección…que se siga en pie, dando todo. Quisiera poder encontrar a cada uno de ustedes y darles un ramo de flores tan grande como una hermosa casa y agradecerles, por caminar siempre conmigo)