Dramas de mi adolescencia.

9 de junio de 2012

Estados

Día 1


Confundida. Han pasado muchas cosas en muy poco tiempo y no entiendo que siento después de todo. Hace un mes hubo una persona que se olvido de mis sentimientos, que rechazo mi cariño y  rompió mis sueños. Lo había intentado todo, y su respuesta seguía firme. Ya no quedaban dudas. Pero hay alguien dispuesto a salvarme, alguien que me da su mano y quiere compartir su camino. Poco a poco voy quemando mis viejas ilusiones y riendo a su lado, sonriendo a mí misma...O es lo que quiero? Hoy lo vi, hoy lo conocí. Y no recuerdo haber olvidado las maldades del mundo siendo tan feliz este día…Me beso por primera vez, MI primera vez. Esto es amor? Esto es real? Me revolvía la panza, mi risa nerviosa, su mirada y la mía, no había nadie más, al fin… estoy segura. 
Día 2
Miro detenidamente el teléfono, esperando las respuestas a mis 10 mensajes. Está muy frio y distante y no sé, si mi mente crea demasiadas ilusiones, o si en verdad no hubo nunca un “nosotros”. Si en verdad todas sus palabras no fueron más que mentiras y por dentro su interés por aprovecharse de mi inocencia fue tan fácil como de enamorarme. No me arrepiento de nada, más que de haberme tragado sus inventos. Si esto fue un chiste o una apuesta y yo un premio, no tengo más ganas de seguir con esto, no quiero más lastimarme ni seguir intentando. Quiero cerrar esta puerta con llave y me mudarme al fundo de algún mar, a ver pasar los días que de igual forma en lo profundo, son todos iguales.
 Día 3
-Estas bien?
-Si, por?
-No sé, no me contestas los mensajes. Si ya no queres verme decímelo, porque me estoy lastimando mucho de tanto pensar.
-Estoy ocupado y no tengo tiempo de hacer muchas cosas como contestarte, hablamos después.
No puedo traducir muy bien sus últimas palabras. Todavía su marca está en mi piel y la noción de saber que ya nada queda, nada más que un montón de incoherencias de su parte que el viento arrastrará y una lagrima de recuerdo, de rencor. He muerto tantas veces y es tan loco que nadie pueda salvarme más que yo misma. No hay pociones para el amor ni una cura para este dolor. Hay un bloqueo, un corte donde la luz se apaga y vuelve a encenderse y me encuentro en una esquina entre la furia y la calma, mirando el techo esperando una respuesta. Veo que el mundo no es como me lo cuentan, quisiera ser feliz en una realidad distinta.