Dramas de mi adolescencia.

7 de julio de 2012

Machine gun

Hemos cambiado y los tiempos también. Ya no hablamos como antes ni reímos igual. Hemos crecido, las cosas no marchan en el mismo camino. ¿Fue algo que dije? Necesito salir del aire, no puedo respirar. Hemos tenido experiencias que me han llevado a sospechar de sus propios límites, desde intimar hasta el hecho de querer siempre más. No hay habla ni ganas de pensar. ¿Por qué se hace siempre tan difícil? Es horrible saber que en su ausencia todo es armonía, todo es paz. Sé que cuando las cosas no marchan bien no significa que siempre estuvieron mal pero sostengo lo que puedo a la gente  en mí alrededor para lograr que no la empujen más atrás, intento hacerle entender que no todo gira en su entorno, que no todo es material. Que la diversión no incluye el descontrol, que la libertad no es libertinaje. 
Lo más importante son las cosas simples, no importa cuánto tiempo dure algo, lo importante es saber que alguna vez existió. Que pueda entender que como el sol que nace cada día debemos no pensar en la noche anterior, que nunca es tarde ni muy temprano para empezar de nuevo; para ser quien quisiésemos ser. Sé que no hay límite de tiempo, podemos avanzar o estar en el mismo lugar. Pero estar siempre orgullosos de nosotros mismos. Y si no es lo suficiente, poder tener la voluntad de comenzar todo nuevamente. Espero algún día tener el valor de decir estas cosas, el silencio nunca es suficiente ni tampoco la paciencia absoluta.