A veces, allí en el cielo, los dos se tumbaban juntos. Pero no dormían. En la tierra decía Marguerite, cuando uno duerme, a veces sueña con el cielo y esos sueños ayudan a configurarlo. Pero ahora ya no había razón para tener esos sueños. En lugar de dormir, Eddie la agarraba por los hombros, le acariciaba el pelo e inspiraba lenta y profundamente. En un determinado momento pregunto a su mujer si Dios sabía que él estaba allí.
Ella sonrió y dijo:
-Naturalmente-aunque Eddie admitía que parte de su vida la había pasado escondiéndose de Dios, y el resto del tiempo creyendo que pasaba inadvertido.
Estiro los brazos. Y por primera vez en el cielo, el inicio contacto. Se acerco a ella ignorando su pierna y olvidando todas las horribles cosas que había pensado en relación con el baile, la música y las bodas, pues se dio cuenta ahora de que eso era lo que en realidad pensaba sobre la soledad. Eddie le paso la mano por la cintura.
-¿Puedo preguntarte una cosa?-Dijo.
-Sí.
¿Cómo conseguiste tener el aspecto que tenias el día que me case contigo?
-Pensé que te gustaría así.
-¿Puedes cambiarlo?
-Al final yo no era tan guapa.
Eddie negro con la cabeza, tratándole de decir que eso no era cierto.
-¿Podrías?
Ella se quedo quieta un momento, luego volvió a alzar los brazos. El acordeonista toco las conocidas notas y cuando ella tarareo al oído de él, empezaron a moverse juntos, lentamente, como solo un marido y su mujer pueden hacerlo. Cuando Eddie echó la cabeza hacia atrás, ella tenía otra vez cuarenta y siete años, la red de arrugas en torno a los ojos, el pelo menos espeso, la piel más flácida por debajo de la barbilla. Marguerite sonrió y el sonrió, y ella fue para él tan hermosa como siempre y cerró los ojos y dijo por primera vez lo que había estado sintiendo desde el momento en que la volvió a ver:
-No quiero seguir. Quiero quedarme aquí.
Cuando abrió los ojos, sus brazos aun rodeaban la forma del cuerpo de ella, pero Marguerite había desaparecido, al igual que todo lo demás…"
Muy bonito, aunque un poco triste al final...
ResponderEliminarBesos!
Me encantó
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